Síndrome de Ulises: Revisión Histórica.

El síndrome de Ulises fue descrito por primera vez por el Dr. Mercer Rang en 1972. Rang explicó que este síndrome surge del deseo de investigar a fondo a un paciente, lo que puede llevar a diagnósticos erróneos o innecesarios. Aunque el síndrome tiene un curso breve y no se han observado efectos permanentes ni mortales, es menos grave que un diagnóstico falso negativo y tiene un mejor pronóstico que una enfermedad no investigada. Se puede prevenir si el médico desconfía de los resultados anormales inesperados (Rang, 1972).

Ese mismo año, Babineau señaló que el síndrome de Ulises descrito por Rang había afectado a todos en algún momento y elogió su análisis claro y detallado (Babineau, 1972). Mercer Rang nombró este síndrome en honor al héroe griego Ulises, quien, tras años de viajes infructuosos y peligrosos, regresó al punto de partida (Pierach, 2004).

Una revisión en PubMed encontró 112 publicaciones médicas que mencionan el mito de Ulises, de un total de 343 resultados. Se identificaron cinco condiciones diferentes nombradas en honor a Ulises: tres síndromes de Ulises, el contrato de Ulises y el conflicto de Ulises. Además, se encontraron dos condiciones adicionales nombradas en honor a otros personajes del mismo mito: el síndrome de Elpenor y el síndrome de Penélope (Puy-Núñez, 2020).

Síndrome de Ulises: Apreciación y Desarrollo.

Ulises (Odiseo), el rey de Ítaca, comenzó su odisea tras ser reclutado a regañadientes para luchar en la Guerra de Troya. Después de la victoria, su viaje de regreso a casa, que debía durar tres semanas, se convirtió en una prueba de diez años llena de peligros inesperados y grandes desgracias. Su inquebrantable deseo de completar su viaje, o “nostos”, es el tema central de su historia (Mylonas & Masiakos, 2018).

Este síndrome, rara vez diagnosticado aunque probablemente común, no recibió un código de diagnóstico formal hasta 2004. En medicina, estos itinerarios pueden comenzar cuando un paciente, sometido a numerosas pruebas a menudo innecesarias, se ve envuelto en un largo y costoso viaje de diagnóstico, enfrentándose a más pruebas y procedimientos con la posibilidad de resultados engañosos (Pierach, 2004).

Los pacientes con síndrome de Ulises suelen comenzar sanos o con enfermedades menores. Después de una serie de investigaciones y tratamientos, a menudo peligrosos, regresan al punto de partida, aunque con las consecuencias de su odisea (Young, 2014). En el caso de los pacientes pediátricos que acuden a urgencias con dolor abdominal vago, pueden experimentar el síndrome de Ulises cuando la búsqueda de un diagnóstico resulta en hallazgos relacionados con la apendicitis aguda no complicada. En el pasado, estos pacientes eran hidratados, observados para ver si los síntomas se resolvían o sometidos a una cirugía rápida para extirpar un apéndice inflamado, a veces innecesariamente (Mylonas & Masiakos, 2018).

Síndrome de Ulises en la Práctica Clínica Moderna.

Watson (1972) discutió un punto semántico, afirmando que el síndrome de Ulises debería distinguirse de un problema causado directamente por el tratamiento médico, ya que es un efecto secundario de la investigación, no de la terapia. Todo lo que ocurra a un paciente debido a su contacto con un médico es un problema médico, incluyendo problemas derivados tanto de la investigación como de la terapia (Watson, 1972).

En su artículo, Rang llamó la atención sobre un síndrome caracterizado por consecuencias psicológicas y físicas tras el descubrimiento de un falso positivo como hallazgo clínico o de laboratorio (Campos & Mercado-Rodriguez, 1975). Campos y Mercado-Rodriguez reportaron seis casos del síndrome de Ulises, informando dos de ellos. En uno de los casos, se consideraba el diagnóstico de hematoma subdural por desigualdad en el tamaño de las pupilas, cuando una simple prueba clínica podría haber descartado una causa intracraneal (Nicol, 1975).

La hiperfosfatasemia transitoria de la infancia es una condición caracterizada por un aumento temporal de los niveles de fosfatasa alcalina, particularmente su isoenzima ósea (Kutílek et al., 1989). Flecknoe-Brown (1992) cuestionó la carta del Dr. Dorevitch, afirmando que las pruebas no relacionadas con el problema clínico pueden inducir a error debido a resultados anormales estadísticamente normales, generando costos innecesarios para el paciente y la comunidad (Flecknoe-Brown, 1992).

El síndrome de Ulises y el estrés crónico en inmigrantes.

En los últimos años, la población inmigrante ha estado viviendo en condiciones muy duras, siendo propensa a sufrir el síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple, también conocido como síndrome de Ulises. Este se está convirtiendo en un grave problema de salud en los países que reciben inmigrantes. Achotegui (2005) postuló una relación entre el alto nivel de estrés y la presentación de síntomas psicopatológicos en los inmigrantes (Achotegui, 2005).

Referencias

  • Rang, M. (1972). The Ulysses syndrome. Canadian Medical Association Journal, 106(2), 122–123.
  • Babineau, M. (1972). The Ulysses syndrome. Canadian Medical Association Journal, 106(9), 964.
  • Watson, W. C. (1972). The Ulysses syndrome. Canadian Medical Association Journal, 106(9), 964.
  • Dunn, E. V. (1972). The Ulysses syndrome. Canadian Medical Association Journal, 106(9), 963–964.
  • Nicol, W. G. (1975). The Ulysses syndrome. Canadian Medical Association Journal, 113(10), 928.
  • Campos, F. J., & Mercado-Rodriguez, U. (1975). Letter: The Ulysses syndrome. Canadian Medical Association Journal, 113(6), 493.
  • Kutílek, S., Stĕpán, J., Dolezalová, P., & Kesslerová, Z. (1989). Tranzitorní hyperfosfatasémie dĕtského vĕku–Odysseův syndrom [Transient hyperphosphatasemia in childhood–the Ulysses syndrome]. Casopis Lekaru Ceskych, 128(12), 375–377.
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  • Pierach, C. A. (2004). Did Ulysses have porphyria?. The Journal of Laboratory and Clinical Medicine, 144(1), 7–10. https://doi.org/10.1016/j.lab.2003.09.007.
  • Achotegui, J. (2005). Emigrar en situación extrema. El Síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple (Síndrome de Ulises) [Emigration in hard conditions: the Immigrant Syndrome with chronic and multiple stress (Ulysses’ Syndrome)]. Vertex (Buenos Aires, Argentina), 16(60), 105–113.
  • Young, P. (2014). Prevención cuaternaria y los síndromes de Knock y Ulises [Quaternary prevention and Knock and Ulysses syndromes]. Medicina, 74(1), 82–83.
  • Bianucci, R., Charlier, P., Perciaccante, A., Lippi, D., & Appenzeller, O. (2017). The “Ulysses syndrome”: An eponym identifies a psychosomatic disorder in modern migrants. European Journal of Internal Medicine, 41, 30–32. https://doi.org/10.1016/j.ejim.2017.03.020
  • Mylonas, K. S., & Masiakos, P. T. (2018). Ulysses Syndrome: The Modern-day Odyssey of Pediatric Patients With Uncomplicated Acute Appendicitis. Annals of Surgery, 267(6), 1011–1012. https://doi.org/10.1097/SLA.0000000000002686
  • Namer, Y., & Razum, O. (2018). Settling Ulysses: An Adapted Research Agenda for Refugee Mental Health. International Journal of Health Policy and Management, 7(4), 294–296. https://doi.org/10.15171/ijhpm.2017.131
  • Puy-Núñez, A., Guitián-Pena, A., Pías-Peleteiro, J. M., Aldrey, J. M., & Macías-Arribi, M. (2020). Ulises en la literatura médica [Ulysses in the medical literature]. Revista de Neurología, 71(3), 119–122. https://doi.org/10.33588/rn.7103.2020187